LUGAR EQUIVOCADO
Se dice que en el valle de Pubenza vive un hombre enamorado el amor, que dedica su vida a soñar con el final feliz de todos los cuentos. Dicen quienes lo conocen, que vive buscando siempre en el lugar equivocado, como una inocente criatura que no sabe de la vida.
Cuentan asimismo que le gusta jugar con fuego, cegado siempre por la luz agraciada e idiotizado por el calor traicionero. Así es como vive Ignacio: distraído, inocente, casto, sin pensar jamás en las heridas que no sanaran.
En una tarde del caluroso agosto Ignacio conoce a Clara y se enamora. En la mente del eterno soñador se tejen ilusiones, se recrean los anhelos del corazón y se da rienda suelta a un paraíso imaginario junto a su amada. Pero sucede lo inevitable, una triste experiencia lo atormenta. El rechazo de la picara era evidente desde el principio, los ojos traicioneros de Clara no están hechos para amar. Pobre hombre con alma de niño, llora inconsolable con el corazón gritando desesperado, su alma suplica que ya todo termine.
El tiempo hace su trabajo y la tormenta parece calmar. Es hora de un nuevo comienzo y seguir con su búsqueda. Ignacio retoma el camino, esquiva sagazmente el fuego, pero sigue buscando en el lugar equivocado.
Llega el desventurado invierno de diciembre. Aquel parque adornado con luces será inolvidable ya que en él conoció a Rosa. De inmediato el travieso Cupido hace de las suyas, Ignacio es flechado nuevamente y no puede evitar sentirse atraído por los aromas poderosos y la tierna apariencia de aquella mujer.
¡Qué hombre tan miserable!, un nuevo dolor lo estremece, su querida Rosa tiene espinas, pequeñas armas que impiden la llegada del amor y acaban con todo aquel que pretenda acerarse.
¿Acaso no la encontrara?
Deja el tiempo pasar, tu lucha no será en vano, un nuevo comienzo te espera. Esquiva el fuego, evita las rosas, no le temas a los lugares equivocados de seguro hay uno que no lo es.
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Ricardo Andrés Narváez Muñoz C.C.1061711992
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