El Novio
Descolgó la mano que hacia media hora sostenía en vilo el periódico y permaneció otro tanto observando la imagen que había quedado en el vacío. Beso los ojos verdes, la sonrosada boca y lamió todo el cuerpo con su lengua carrasposa. Luego le quitó el bikini y se ruborizo un poco; tiempo suficiente, para tener que buscarla de nuevo en el periódico.
Ella no decía nada, pero él se confundía con su mirada. La comparó con su india y tomó una determinación. Dejó olvidados sus parientes y su parcela, las flores, los micos y el aire; todo lo olvidó por Ella.
Dejó ese bello mundo de las selvas del Chocó por Bogotá, que lo recibió con ocho grados teñidos de palabras rojas y azules; de humo y de bruma; lo recibió sin arandelas; con los pitazos asesinos de los carros y las frases hirientes de la gente. ¡ Con las hermosas cositas de los civilizados!.
Llegó a El Tiempo y preguntó por Ella, pero le dieron la dirección errada. Sin embargo a la policía lo describieron exacto: un hombre moreno, pelo lacio negro, con corte totuma; manos de simio callosas; voz ronca y de fallos modales; habla poco y con cierto acento extraño…
¡ Parece subversivo!.
La " ley” lo detuvo, y paso tres largos meses en la cárcel, porque según el expediente no había presentado papeles "diciendo que sus credenciales las podían dar Dios o sus parientes” pero ni el uno, ni los otros .
Cuando salió, corrió para Bucaramanga a casa de su amada. ¡No estaba según dijeron! Pero la gente salía y entraba. Pasó los días esperando y por fin estuvo frente a Ella.
La vio de lejos, en el periódico, en sus sueños. En la esquina. La vio así, nada más.
Coloco el periódico debajo del brazo y se marcho. Y allí está en la calle. Aún se ve ahí, de la calle a la cárcel y de la cárcel a la calle, sin nada y sin Ella.
Manuel Montenegro Reyes
Nacido en Honda Tolima Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario