viernes, 4 de noviembre de 2011

PRUEBA DE AMOR


PRUEBA DE AMOR

No sé qué destino llevo a Lucila a la selva, a pasar una vida de sobresaltos, con la incertidumbre de terminar sus días con un balazo en la frente pudo haber sido la difícil situación económica por la que por esos días estaba atravesando, o tal vez el abandono de diego su compañero sentimental o la muerte de Nora su mascota o simplemente quiso cambiar de rumbo, se puso las botas y se interno en el verde de la selva, o puede haber sido reclutada y obligada a formar parte de algún grupo al margen de la ley, sea como haya sido, ya estaba en el monte realizando duras tareas, Lucila era la encargada de cuidar y de suministrar los alimentos a Nacho un importante empresario secuestrado en las selvas de Colombia.

Cuando Lucila no estaba preparando los alimentos de Nacho estaba recibiendo instrucción militar, trataba afanosamente de mantenerse activa durante el día buscando no tener tiempo libre para evadir de su mente los recuerdos de sus seres queridos, los cuales no sabían de su suerte, pero cuando inevitablemente aparecían Lucila lloraba y le pedía a Dios cuidara de ellos y le permitiera a ella algún día volver a verlos.

Se levantaba muy temprano y preparaba café y huevos revueltos que era el desayuno de Nacho, luego preparaba el almuerzo y más tarde la cena, día tras día, en ese transcurrir del tiempo Lucila le tomo un afecto especial a Nacho, y lo atendía con dedicación, preparándole cuando tenía oportunidad algo mejor al menú de siempre , agregaba un pan mas, le preparaba chocolate o agua de panela sobre todo en las noches para que pudiera dormir, cada día que pasaba, Lucila sentía que ese sentimiento crecía en lo más profundo de su corazón, necesitaba sentir su presencia, Nacho había sido para ella como un sol en el oriente de su corazón; y cuando le servía los alimentos le acariciaba las manos con suavidad, y al mirarlo sus ojos le transmitían su dulzura.

Nacho permaneció secuestrado un poco más de un año, durante todo este tiempo Lucila no se atrevió a declararle que lo amaba, ella había aprendido a quererlo con los ojos, el alma, sin palabras y en secreto, aunque con sus manifestaciones Nacho debió darse cuenta de lo que Lucila sentía por él. Una noche cuando Lucila se disponía dormir, noto que el campamento se encontraba solo, no había vigilancia ya que los integrantes del grupo se encontraban en un estado avanzado de embriagues, Lucila aprovecho el momento y decidió liberar a Nacho, sacrificando sus sentimientos aun sabiendo que el darle la libertad implicaría no volver a verlo, inmediatamente inician la huida por esos hostiles, difíciles y tenebrosos caminos con la muerte al asecho, y sus profundos pensamientos sobre la incierta aventura, cada ruido los sobresaltaba pero era más fuerte el deseo de la libertad que no se detuvieron ni un instante pese al cansancio, caminaron toda la noche y la mañana del día siguiente, gracias a que Lucila conocía la selva fue mas fácil y pronto llegaron a un rio el cual atravesaron para llegar a la carretera. De aquí en adelante cada quien debía continuar su sendero, Lucila detuvo una camioneta que pasaba y le pidió al conductor el favor que llevara a Nacho hasta el próximo pueblo donde estaría a salvo, lo vio alejarse…
con valor y coraje, continuó su camino tras una mariposa azul, pintando el horizonte con su ausencia.



Cecilia Andrea Melo Montilla
Popayán

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