MILAGRO DE AMOR
Alma fue prematura al nacer, era tan pequeña y delicada que tuvo que pasar dos largos meses en una incubadora. Al salir del hospital se veía mejor que un niño nacido en un periodo normal de gestación pues había burlado a la muerte, con el paso de los años, ella volvió al hospital, tenía una afección cardiaca que los médicos controlaban mes a mes, a pesar de su enfermedad, ella era una niña fuerte y alegre que se la pasaba revoloteando por el jardín con su perro Toby; su mirada reflejaba una dulzura que estremecía, había muchas personas cuidándola pues sus padres no querían perder a su dulce ángel. Al cumplir los nueve años dijo a sus padres que quería tener a Dios en su corazón, ellos a punto de hacerle realizar su primera comunión miran desde la ventana de la sala a su hija desplomarse en el jardín, corriendo hacia ella, la toman entre sus brazos y entre sollozos no dudan en llevarla al hospital; sentados en la sala de espera con el corazón destrozado ven salir al médico que se acerca hacia ellos diciendo: ‘‘¡la niña ha entrado en estado de coma!, hemos hecho lo humanamente posible, solo hay que esperar, puede ser cuestión de días, meses o… años; lo siento pero la ciencia aún no está tan avanzada para decir si va a despertar o no, como en la mayoría de estos casos deben estar preparados para lo peor (dando una pequeña palmada en el hombro del padre), su madre loca del dolor, no acepta la noticia y jura mover cielo y tierra con tal de que su hija despierte, su esposo la abraza fuertemente y le promete que estarán juntos en ello. Los días pasan, los meses pasan y Alma nada que despierta, los médicos que la han tratado sin mirar cambio alguno, deciden comunicarles a los familiares que ya es hora de desconectarla, sus padres quienes tienen la última palabra, se oponen a tan cruel decisión argumentando que su hija aún sigue viva y que en cualquier momento podría despertar, ¡no escatimarían en gastos!. El tiempo pasaba y ellos seguían aferrados a una vaga esperanza, mantenían una fe firme en Dios, aparte que día a día le prodigaban su amor a aquel ser que yacía en esa cama de hospital, aquella niña que dentro de unos días cumpliría 15 años y que fuera de todo pronóstico clínico mantenía desconcertados a los médicos porque físicamente no desmejoraba si no al contrario seguía un curso normal de desarrollo, solo que…¡parecía estar en un profundo sueño…!.
El tan ansiado día en que Alma cumpliría sus 15 años por fin llegó, todos sus familiares se habían reunido en torno a ella quien estaba bella como una rosa gracias al esmero de su madre, después de la celebración salieron todos, excepto sus padres quienes se sentaron a un lado de la cama con los ojos llenos de lágrimas, llamándola por su nombre le pedían que por Dios ya regresara; de pronto algo extraño sucedió..: los dos sintieron estremecer el cuerpo de su hija, al tiempo que Alma volvía desde ese lejano mundo en el que había permanecido, de la mano de un dulce guía que a la vez le decía: ``¡Alma, ya es hora de que vuelvas al amor!‘‘, el guía, posó su mano libre sobre las entrelazadas de sus padres que sostenían la de su hija y dulcemente también dirigió la frágil mano de Alma sobre el trío de manos que yacían en esa cama; es entonces cuando Alma despierta sintiéndose distinta, la alegría embargaba a sus padres. ¡El amor había vencido lo imposible, la muerte una vez más había sido burlada! pues Dios había encontrado en la niña que ya era toda una señorita, el alma más pura y a la vez, ella había encontrado en Dios su eterno compañero, el mejor refugio.
Tras muchos exámenes, los médicos no encontraron rastro alguno de su enfermedad; el testimonio que la niña daba a cerca de su estadía con Dios, rompió el escepticismo médico frente a la existencia de un ser superior que todo lo puede a través del mejor remedio del mundo: ¡EL AMOR!.
María Teresa Burbano Arciniegas
TUQUERES, NARIÑO
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