viernes, 4 de noviembre de 2011

HISTORIA DE AMOR


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Se le notaba en sus ojos que no podía, por mas que su corazón le dijera que yo seria el hombre de sus sueños, en su mente no cabía mi nombre, era difícil explicar porque sabiendo yo, que mi amor, mi mas profundo y sincero no era merecido, yo me sentía así. Solo quedo una mirada en nuestros ojos compartidos, unos ojos que ya no eran los mismos, algo incomodo pidiendo un final. Un último beso… escaso para el desierto que se me acerca, una sonrisa y una lágrima de ella para los recuerdos dolorosos en las noches de mi eventual soledad (estoy feliz porque te descubrí el amor).

Lo sabía todo, sabia en que me metía, sabía que me dolería pero al final no fue justamente como creí o como pensaba… el juego me lo tome muy enserio.

Era difícil resistirme a mis deseos, a mi necesidad y a tu disposición de brindarme todo eso que me hacia falta, no se como sucedió o desde cuando, realmente nuestro comienzo fue algo confuso que poco a poco me llevo a un sin fin de emociones. Felizmente me deje llevar por la pasión sin medida, sumergiéndome a lo que seria la cumbre de locuras y fantasías absurdas, de un final que no pensaba pero que sabia que seria algo muy distinto a lo que estaba acostumbrado… pues tu eres así: impredecible y distinta.

El tiempo se consumía en minutos que te besaba, en horas que te tenia, en días que no te veía, en semanas que te extrañaba, así pasando a meses sin darme cuenta, sin preocuparme (no había comienzo ni final) éramos solo dos almas sedientas, éramos nuestras propias fuentes para nuestra misma sed, todo estaba bien. Jugábamos a lo que mas nos gustaba, solo movidos por el placer no por la razón. Las palabras lindas y necesarias en cualquier relación jamás se decían, tampoco se esperaba que alguno las dijera, no hacia falta, tampoco era una excusa para no vernos, no era amor… no era nada… era todo…
La distancia no era problema ni tampoco ese tiempo que a veces me hacia pensarte, solo… que a veces quería algo mas, algo que no entendía. Más y más sucedían cosas, más situaciones que no había vivido, más momentos contigo, más frecuentes y decisivos como para pensar en abrazarte, y en un quizás te quiero… Mi vida era solo tuya (y todavía lo es… por lo menos hasta que me olvide de ti) y tu vida, también era solo mía aunque no lo quisieras.
Cada noche pensaba en dormir a tu lado, cada momento quería que estuvieras ahí, conmigo, a mi costado en silencio ahogándome en lo más profundo de lo que se suponía que fuera amor… o lo más parecido. Para ti era un anónimo, para mi eras un secreto, uno que se transformaría en mi eje para poder vivir.
Y ahora estoy así, después de vivir un infinito contigo, enamorado sin querer pero… amándote sin límites, y tú… muriéndote por dentro, postrada a tu razón y a tu voluntad que no quieres seguir, llorando no por mí ni por el amor, sino por la duda, el final de nuestra historia terminada por mis palabras: te amo.

NOMBRE: Andrés Felipe Montealegre Vásquez
Cali

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