jueves, 29 de noviembre de 2012

CARLOS VARGAS


LA ALEGRÍA Y SIMPATÍA DE UN GRAN DOCENTE
Y UN EXCELENTE COMPAÑERO DE TRABAJO
SIEMPRE ESTARÁ CON NOSOTROS

HOMENAJE AL MAESTRO CARLOS VARGAS



El economista y licenciado Carlos Vargas Montezuma.
20 años al servicio de la educación de los timbianos.
Discurso de despedida
del colegio San Antonio de Padua
para trasladarse a Santander de Quilichao

martes, 20 de noviembre de 2012

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA CUATRO – TERCER PUESTO

SOLILOQUIO DEL AUSENTE

Detuve el paso y volví los ojos, por un momento quise detener el tiempo y solo vi un silencio obligado. Una mezcla de tristeza y rabia me embargó.
La carretera polvorienta, se fue haciendo con mis pasos un hilo ondulante, que intentaba remendar la pradera y dejar en sus entrañas albergadas las huellas y  cenizas de los fogones familiares. Recordaba el contoneo de los pasos de Eloísa y los míos cuando la arcilla y la noche nos moldeaban en una sola Como se funde el amor.
Este paisaje no es hermoso sin Eloísa.
Veo una diminuta línea dispersa, ni recta ni ondulante, solo puntea y puntea hasta perderse en la escases de la laguna. Allí, solo quedó un manto levemente nubloso  sobre el cóncavo azul celeste y las colinas, hace rato abandonaron sus grises-púrpura y se fueron. Solo asoman sus picos
Eloísa, Eloísa, nombre de mi antojo para un hogar. Uno con hijos vigorosos, inquietos, traviesos; correteando y retozando en el patio de una casa con techumbre de amor y paredes de viento.  ¡Qué ironía! mientras las balas se cruzaban yo acompasaba unas tonadas amargas que se llevaran al viento el olor a municiones y la guitarra, me regresaba su nombre; Eloísa.
Solo tengo un lugar en ese bus que espera a los ahuyentados. No volveré la vista atrás, ¿para que buscar futuro en un pasado? Viajaré con la incertidumbre que conmociona las vísceras y ellas, apunta aguijones como si remendaran sueños. Solo acaparan ausencia, como la de la mariposa nocturna tras un foco que finalmente la lapida.
Mientras me hundo en estos pensamientos, he recorrido no sé cuando tiempo y distancia y llega con intrépida sorpresa la abarrotada avenida de una ciudad desconocida.  El chofer, anuncia la última parada, después se pierde en la estación. Ahí volveré a que poner los pies de nuevo en la tierra y enfrentar un presente extraño.
Extraviado en este inmenso parque de ciudad, con mis ropas raídas y contagiadas de la suerte que traigo, asusto, si, así como digo: asusto, yo mismo me asusto y comprendo por que otros me miran extraño y procurar alejarse a mi paso.
Siento un frío tan denso como la soledad que se ha apropiado de los pies y las manos. Condenso el dolor por los sueños que los fui enterrado a lo largo de la carretera y se los regalé al paisaje, los envié a través de la ventana. Los regresé al viento. Quedó ella  en el espejismo del amor de un pueblo fantasma.


Rosaura Mestizo Mayorga

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA CUATRO – SEGUNDO PUESTO

EXILIO

La buscó ¡Maldita sea! En medio de las sábanas no estaba, en los rincones de la risa dejó de existir, a la orilla del arroyo nunca llegó ¿En dónde estás? Le preguntó a la imagen de su recuerdo, a la fotografía de quien pidió que la esperara. Pero ¿Cuánto tiempo la tendría que esperar? – ¡Cállate maldito reloj! – El hombre no quiere saber del tiempo. Para qué lo va a contabilizar si ya es amigo del bar, de los gritos poéticos de Joan Manuel Serrat e incluso de la solterona que trata de seducirlo ¡De ella no hablaremos! O no hablaríamos sino fuera por simples tres motivos: es una solterona que no excede los 25, cobra muy caro y es quien recoge de la barra cada uno de sus escritos. El hombre los deja para antes de marcharse y ella los lee para comprobar que no podrá seducirlo

Me detengo, o mejor dicho, me detienes. Empiezas a besarme desesperadamente y solo me das tiempo a entrar a tu casa. Casi que los dos nos obligamos a desvestirnos. Hacemos el amor como nunca antes lo habíamos hecho, y eso es verdad, nunca lo hicimos. No se me ocurrió pensar que esa bienvenida era tu adiós, que ese enredo de cuerpos era un fin, y que esa infinidad de besos era para decirme que había otro hombre cerca de ti. No importa, sabes que te amo, y juro que te seguiré amando porque sé que eres feliz... ¿Eres feliz? (Noviembre 27 del 95)

A ese tiempo ya era mucha la distancia. El rostro del hombre se llenó de curvas laberínticas y su cabello había empezado a nevar. Era una tarde de Abril. En el bar ya nadie lo recordaba. Sonó el teléfono – ¿Aló? – La voz de ella se escuchó al otro extremo. Sabía que llamarías – dijo él – Por eso no rompí mi juramento. Apuntalado a su bastón se levantó y abrió la puerta – Date prisa. No creo que aguante los mismos cincuenta años que esperé para nuestro encuentro. Te adoro – Se escuchó de ella antes del silencio. 

Tres años después un ataúd salía de la casa del viejo. No hubo hijos que lo lloraran, ni esposa que se abalanzara, ni siquiera una solterona que le devolviera los recuerdos. Amigos lo llevaron hasta el lugar que él más odiaba y sobre la tumba escribieron sus memorias, la vida completa, su mayor deseo – "No importa, en el cielo te espero".


Javier Muñoz Hoyos

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA CUATRO – PRIMER PUESTO

NECIO MESÍAS

Llegó como Cristo  haciendo milagros en mí: me quitó la ceguera, me curó la cojera, me llenó de pan, vino y poemas y me enseñó todo lo que nunca aprendí en la escuela. Dejó registro de su existencia en un enorme libro que ya quemé. Fue bondadoso, amoroso, caminaba muchos kilómetros amando y amando, yo siempre lo acompañé.
A él lo querían matar por haber llegado de improvisto y abrirme los ojos. Su error fue enamorarse de una Magdalena bohemia y confundida que le contó cuentos, le despertó la pasión hasta la exageración, le mostró su alma y logró confundirlo también. Aunque hubo puro amor entre sabio y ramera, murió. Lo mataron las mujeres a las que quiso también curar, aliviar, enamorar. 

Su don era la palabra, efectiva ante los pecadores románticos, prometía una segunda oportunidad. Esas peligrosas fieras sexuales no pudieron soportar que el pecara por mí. Entonces lo dejaron morir en manos de los simples e incoloros hombres que envidiaran  por siempre su don de poeta. Aunque ellas lo acompañaron en su camino hacia la muerte, fui yo quien más lo lloró, limpiando su sangre y dándole a beber de mi agua.  Se tenía que ir, porque de igual manera yo tampoco soporté que su pecado fuera por partida doble. Hoy espero que alguien igual a él llegue y me salve con la verdad.

Andrea Tatiana Narvaez

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA TRES – TERCER PUESTO

VERANO DEL 97

Descansaba en mi habitación, era uno de esos días en los que la soledad y demás aflicciones se juntan para hacer de tu vida algo obscuro y lleno de tristeza. En medio de mi tristeza, no había notado que llovía y pensé “pero estamos en verano”. Decidí salir de mi casa, estando bajo la lluvia un par de lágrimas caían de mi rostro confundiéndose con la lluvia. En medio de mi desolación se acercó un joven y me preguntó si estaba bien, lo único que hice fue preguntarle ¿Quién eres? Sin decir palabra alguna e intentando ayudarme me prestó su abrigo.

Después de un par de horas de conversación me acompañó a mi casa, me comentaba que estudiaba al lado de mi colegio y que ya me había visto un par de veces, me sugirió que si al día siguiente nos podríamos encontrar a la salida, le respondí: claro, luego nos despedimos sonriendo; ese día estaba ansiosa de esperarlo, al finalizar pensé: ya es hora, lo esperé y nunca llegó. Al día siguiente al dirigirme al colegio el viento susurró y pensé en él, sentí que él era el indicado, ciento cosquilleos en mi abdomen, fue algo trascendental, pero no sé porque no iría a recogerme, si lo veo no sabría cómo reaccionar, ¿qué haria? mejor esperaré si me habla. Ahí viene, nos cruzamos un par de holas y se excusó, me contaba que su madre estaba gravemente herida, de repente lo abracé, lloraba profundamente y le dije: cuando me necesites ahí estaré.

Poco a poco nos fuimos conociendo, empezamos una relación. Carlos iba a mi casa cada dos días porque no lo dejaban salir, siempre me visitaba de 3:00pm a 6:00pm, aquel día 6 de julio del 97 que fue uno de los más terribles de mi vida me dijo que no podría ir, ese día yo pasaba por el parque de su barrio y lo vi con una joven cogidos de la mano, divisé y pensé ¿es Laura? Todo se derrumbó dentro de mí, Carlos me alcanzó y le dije: aquel día triste desperté por el ruido de la torrencial lluvia, el viento susurro y pensé en ti, cuando el amor era ciego tú me hiciste ver, y pensé que estuviste enserio para mí, Laura se acercó sin saber nada de lo que pasaba.

Laura y yo Fernanda nos fuimos dialogando, me contó todo, nunca más lo volvimos a saludar, mientras que yo solo recuerdo el ayer, caminando de la mano, me acuerdo de él.

Ingrid Tatiana Rengifo Carlosama

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA TRES - SEGUNDO PUESTO

MI GRAN AMOR

En una calurosa tarde, en medio del bullicioso de la gente, en una calle repleta de peatones, caminaba apresurada una joven, sin mirar quien iba a su lado pasaba a todo el mundo, cuando de repente, ella se tropezó con un chico muy galante, ella paró en seco, sorprendida y…  preguntó ¿Cuál es tu nombre? Ella lo pensó un momento y su nombre le dijo, de inmediato, le pregunto el de él…
Pasaron los días…  y fueron haciéndose grandes amigos, se veían siempre en un parque cerca a su hermosa fuente. Con el tiempo, empezaron a quererse, salían juntos a todo lado, compartían buenos y malos momentos, hasta que al final se volvieron novios; y formaron una hermosa pareja.
Su amor fue creciendo cada vez más, era algo que no se podía creer, era un amor tan mágico, puro y verdadero que parecía un sueño.
Los meses corrieron, todo iba muy bien, pero... llego un dia, en que ella le dio una noticia inesperada.  Ella debía irse de viaje con su familia, porque a su padre lo habían trasladado a otro país, pues él era un gran empresario y debía hacerse cargo de un nuevo trabajo.  Pero ella muy triste le juró que iba a hacer todo lo posible para que se vieran pronto…  la espera fue muy larga.  Él esperaba con ansia su regreso… hasta que llegó ese día tan anhelado.  Recordaba las palabras que le había dicho “que se reencontrarían en aquel parque donde se vieron por primera vez”…
Llegó él. La esperó..,  pero… nunca llegó, y desilusionado y muy triste se marchó.
Al otro día, sus amigos lo llamaron muy desesperados le dijeron que viera  las noticias.  Él muy ansioso y a la vez asustado encendió su televisor y enseguida escuchó  la noticia que una familia se había accidentado y que todos habían muerto.  Todo quedo en suspenso… mil ideas le pasaron por su cabeza; pero… todo imaginó menos que era la  familia  de su novia. En ese momento, perdió la razón, se volvió como loco, empezó a pegarle a la pared; todo lo lanzaba al suelo, cuando llegaron sus amigos a buscarlo, él corrió y abrazó a uno de sus amigos y en llanto rompió,  no lo podía creer, todo había acabado para él, se sentía tan solo, perdido, sin razón de vivir, ya nada tenía sentido…
Un día, decidió ir al parque a la fuente donde siempre se encontraban y de pronto, percibió la presencia de alguien…sintió que le tocaron la mano.  Se quedó mudo. Su corazón latía apresuradamente, y una dulce voz escuchó: “SIEMPRE TE AMARE”, él suspiro… era su amada, que lo esperaba… lloró amargamente, era la mujer que tanto amaba y como ella no encontraría otra y amarla igual.
Con voz entre cortada, exclamó: mi amor por tí fue puro y verdadero, tan mágico como el de una gran historia de amor, que a pesar de la muerte, siempre tu amor vivó en mi corazón estará.   Tu melodiosa voz y tu recuerdo en mi interior vivirá… fuiste y serás MI GRAN AMOR…

Brayan Ricardo Muñoz Vásquez

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA TRES - SEGUNDO PUESTO

MI GRAN AMOR

En una calurosa tarde, en medio del bullicioso de la gente, en una calle repleta de peatones, caminaba apresurada una joven, sin mirar quien iba a su lado pasaba a todo el mundo, cuando de repente, ella se tropezó con un chico muy galante, ella paró en seco, sorprendida y…  preguntó ¿Cuál es tu nombre? Ella lo pensó un momento y su nombre le dijo, de inmediato, le pregunto el de él…
Pasaron los días…  y fueron haciéndose grandes amigos, se veían siempre en un parque cerca a su hermosa fuente. Con el tiempo, empezaron a quererse, salían juntos a todo lado, compartían buenos y malos momentos, hasta que al final se volvieron novios; y formaron una hermosa pareja.
Su amor fue creciendo cada vez más, era algo que no se podía creer, era un amor tan mágico, puro y verdadero que parecía un sueño.

Los meses corrieron, todo iba muy bien, pero... llego un dia, en que ella le dio una noticia inesperada.  Ella debía irse de viaje con su familia, porque a su padre lo habían trasladado a otro país, pues él era un gran empresario y debía hacerse cargo de un nuevo trabajo.  Pero ella muy triste le juró que iba a hacer todo lo posible para que se vieran pronto…  la espera fue muy larga.  Él esperaba con ansia su regreso… hasta que llegó ese día tan anhelado.  Recordaba las palabras que le había dicho “que se reencontrarían en aquel parque donde se vieron por primera vez”…
Llegó él. La esperó..,  pero… nunca llegó, y desilusionado y muy triste se marchó.
Al otro día, sus amigos lo llamaron muy desesperados le dijeron que viera  las noticias.  Él muy ansioso y a la vez asustado encendió su televisor y enseguida escuchó  la noticia que una familia se había accidentado y que todos habían muerto.  Todo quedo en suspenso… mil ideas le pasaron por su cabeza; pero… todo imaginó menos que era la  familia  de su novia. En ese momento, perdió la razón, se volvió como loco, empezó a pegarle a la pared; todo lo lanzaba al suelo, cuando llegaron sus amigos a buscarlo, él corrió y abrazó a uno de sus amigos y en llanto rompió,  no lo podía creer, todo había acabado para él, se sentía tan solo, perdido, sin razón de vivir, ya nada tenía sentido…
Un día, decidió ir al parque a la fuente donde siempre se encontraban y de pronto, percibió la presencia de alguien…sintió que le tocaron la mano.  Se quedó mudo. Su corazón latía apresuradamente, y una dulce voz escuchó: “SIEMPRE TE AMARE”, él suspiro… era su amada, que lo esperaba… lloró amargamente, era la mujer que tanto amaba y como ella no encontraría otra y amarla igual.
Con voz entre cortada, exclamó: mi amor por tí fue puro y verdadero, tan mágico como el de una gran historia de amor, que a pesar de la muerte, siempre tu amor vivó en mi corazón estará.   Tu melodiosa voz y tu recuerdo en mi interior vivirá… fuiste y serás MI GRAN AMOR…

Brayan Ricardo Muñoz Vásquez

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA TRES – PRIMER PUESTO

REMINISCENCIA

En mi memoria solo una imagen de amor perdura a pesar del tiempo. El recuerdo está vivo y parece que fue ayer cuando era forastero en un pequeño pueblo. El primer día entré a la escuela, llegué al salón y vi mis nuevos compañeros, pero cuando la vi a ella empecé a sentir algo desconocido para mí, el piso se me movía y yo flotaba. Era bajita, pelo castaño y linda sonrisa. Yo no conocía a nadie pero las ganas me llevaron a hablarle  a Toñito un gordito, morenito que era amigo de todo el mundo. Empecé a hablarle de ella y me dijo que era la niña de la que todos estaban enamorados, pero no me importó, era un pueblo de feos y yo solo pensaba en ella. Todos los días me levantaba feliz para ir a estudiar, al mediodía almorzaba y me iba rápido al colegio mucho antes de que lo abrieran, y por la tarde salía a jugar al parque, hacer tareas o cualquier cosa todo con propósito de verla. Me daban trescientos para el mecato, pero yo salía de la casa compraba una chocolatina llegaba en el salón a entregársela, nunca fui capaz de decirle nada era como si la lengua se me trabara. Todo el año fue igual. En navidad tuve que devolverme a la ciudad. 

Pasados dos años volví, entre a tercero con los mismos compañeros y ella seguía igual de bella y yo más idiotizado por verla. Pensé en hacernos amigos, pero así no avanzaría  en su corazón, pensé en decirle que fuera mi novia pero era muy cobarde para hablarle, así que me conforme con verla y saber que era su enamorado. Terminó el año  escolar, y tenía que marcharme otra vez, entonces compre un peluché y frente a la clase  se lo entregue, los nervios me pudieron y salí corriendo.   Habrían pasado  5 años  y unas vacaciones regrese, entonces volví donde Toñito hablamos y le pregunté por ella me dijo que seguía igual que hasta ahora no ha tenido nadie en especial, en el fondo sentí alegría.
Ya cuando la vi me di cuenta que su belleza era infinita, me le acerque hablamos, reímos y tenía el peluche que le había dado, significó mucho para mí. Hablamos, varios días, pero no fui capaz de pedirle ni un beso. Hasta que llego el día de marcharme a la ciudad con la esperanza de al pueblo algún día regresar y con el sueño de su corazón ya por fin capturar.

Juan José Ortiz Martínez

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA 2 TERCER PUESTO

MAKERULE Y MATACHA: UN AMOR ESCRITO CON RABIA

El amor, es como una enfermedad incurable.
Es extraño que no se detecten víctimas mortales. No han habido casos de reproche, garantía o devolución de dinero, y en general, la persona infectada, por sus síntomas (sudor excesivo, malestar general, intranquilidad, asociado con la palpitación exagerada y masiva del corazón y mariposas en el estomago), acepta y lleva con prudencia su condena. La mayoría encuentra un mamífero de su misma especie, que atendiendo al llamado de los síntomas, se deja infectar en la total conciencia de sus efectos secundarios.

Por esta razón Makerule, un perrito negrito, crespo y juguetón, cada que pasaba la galería, atravesaba el convento de las Hermanas de La Divina Prudencia, y levantaba su pata en los tarros para gaseosa llenos con agua en el poste de la esquina, creía que el amor se le iba por ahí: por el alma. Justo cuando el líquido fluía, cómo era ya costumbre, Matacha, una criolla perrita caramelo, coqueta pero seria, le salía al paso.

Todos los días, justo a la misma hora, atravesaba la cuadra, observaba el proceso fisiológico de su contraparte masculina, y seguía su recorrido hacía el hueso matutino en la carnicería de don Pancho. Cada día era igual: Makerule, La pata, los tarros, el amor que fluía, Matacha coqueta, el hueso. A veces, Makerule olvidaba que su proceso había terminado, y mantenía la esperanza de verla regresar, aún con la pata levantada. Pero ella, digna fémina canina, lo hacía por la cuadra contraria. No obstante, lo miraba esperarla, riendo cómo lo hacen los canes, en la esquina, al otro lado de la acera.

El perrito negrito y juguetón, no le era indiferente a la criolla perrita caramelo. Por el contrario, su persistencia en el poste, su mirada perdida y la constancia fisiológica le parecían encantadoras. Sólo que a diferencia del gusto que espiritualmente sentía por él, la alejaba lo que físicamente era reprochable en todo sentido: la saliva, espumosa, blanca y pastosa, que le brotaba desproporcionada por la boca a Makerule.

La gente le huía, le amenazaba y hasta le perseguía para asestarle una pedrada o un garrote en la cabeza por su baba ilimitada. Makerule en el sopor de su amor, creía que eso, sólo era un efecto secundario de sus sentimientos por Matacha. Los niños le correteaban gritándole "perro pulgoso! andáte con tu rabia para la perrera", lo cual no comprendía, porque era dócil y manso. Sólo esa baba. Sólo esa espuma que asustaba, emanando de su boca. La gente del barrio, confabulaba en corrillos, envenenarlo, atravesarlo con el carro de Don Cuco, patearlo, bañarlo en agua hirviendo... Y él sólo escapaba al refugio que lo alentaba para no morir de la desesperación: El cartón de Matacha.

Alguna vez, mientras la veía alelado, Matacha le oyó decir a alguien, que todo estaba listo para darle cacería. Ella sólo pensó en correr al poste y llevarlo a empellones al voltear del río, debajo del puente, a la caja de cartón. Ahí se confundían los dos, cada que la amenaza de morir era inminente.

Al principio, Makerule se mostraba tímido y nervioso. Buscaba aislarse para comprender su estado involuntario de amor, y asumía el calor de Matacha cómo una cura a los síntomas que se hacían día a día más evidentes.

Era martes, cuando un niño reciclador trato de arrebatarles la cama. Makerule, iracundo y ofendido, a dentelladas y ladridos, le hirió una pierna. El niño, en medio de sus sollozos y dolor, huyo hacia la carreta que lo esperaba en la parte superior del puente. El miércoles, le oyó decir a un reciclador adulto, que el niño estaba enfermo. Que una mordida le había provocado fiebre constante y postración. El jueves, Matacha se enteró que el niño babeaba y se ahogaba en sus propios fluidos. Para el viernes, no podía caminar. El lunes, todos en el barrio, colaboraron para las exequias.

Makerule, sintió que el amor no lo era. Que si lo que padecía, en iguales condiciones, mataba a sus verdugos, entonces el amor no debía de ser así. Eso lo comprendió en el momento exacto en el que ya no pudo moverse de la caja.

En su costumbre de ir por el hueso, Matacha observó en el parque a Patán, el Pug de doña Luisa, a Teo, el Golden de don Matias, a Bruno, el Siamés de don Fernando, y a muchos más, en una fila interminable de canes y felinos. Al final, una mesa, un doctor, una caja, y jeringuillas por doquier. La campaña, la voceaba un zanquero:

- No deje morir a su mascota. Sepa de los síntomas y combata la enfermedad: Nerviosismo, baba constante, irritabilidad, parálisis y muerte inminente. Sea consciente, vacune y salve a su mejor amigo - .

Matacha, comprendió que el amor era rabia, y que Makerule, sin garrotes, venenos o verdugos, moría lentamente. Ni con hambre, había corrido tanto en su vida de regreso a la caja. Lo encontró. Pero él ya no estaba...

Tiempo después, la municipalidad, en su jornada habitual de recolección de animales callejeros, halló a Matacha debajo del puente. No opuso resistencia. A ella la campaña le había salvado la vida.

A ella, la rabia le había arrebatado a su compañero negrito y juguetón.

A ella, el amor le dejó 5 crespitos cachorritos caramelo, que la siguieron hasta el camión de protección para animales.

Edwin Garzón

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA 2 SEGUNDO PUESTO

NO ERA UNA LÁGRIMA, ERA PERLA

Ella era tan suya que ni el mar le podía arrancar ese sabor agridulce a noches perdidas, era libre, no como el viento sino junto a el, tenía los cabellos largos como las madrugadas en vela y una sonrisa de luna llena, era ella, la de pelo enredado, besos viejos, desgastados, la que intentaba amar en la banca más sucia y triste de un parque donde el vaivén de los columpios se hacían recuerdo, aquel parque de su infancia donde ya nadie quería jugar, donde las horas se le escurrían por el cuerpo y la tristeza desbordaba sus ojos caídos.

Perla, así le había puesto su madre deseando recordarse en ella, quizá por eso sin saberlo tenía un pasado más viejo que sus 26 años y una melancolía que le agarraba tan fuerte el alma, que le obligaba cada tarde a caminar y la abandonaba a merced de la misma banca sucia donde soñaba con los ojos abiertos y la esperanza frágil pero aún viva.

Ese día en que la tarde volteó para mirarla con ojos aturdidos y sacudirle el polvo que llevaba en el corazón, salió de casa dispuesta a lo de siempre, un torrente de pasos sin sentido uno tras otro, los más veloces que tocaron esas tierras, una marcha absurda como si quisiera llegar a algún lado, cuando su única cita era con un montón de troncos hechos silla en un parque al que ni siquiera los pájaros se arrimaban a reposar y con esa maraña de sueños enredados hechos de llanto y algo más. Así se extinguieron sus pasos del camino, llegando a su refugio de madera seca donde se fue perdiendo en la mirada profunda de unos ojos miel que se habían posado en los suyos, los de un ser desconocido que se había aventurado a entrar en aquel parque viejo lleno de soledad, y se había disipado en el silencio cálido de las horas, en la misma banca triste que Perla regaba cada tarde con sus lágrimas.

No hubo nombres, tristeza, ni llanto, no hubo nada de lo que solía haber, ni siquiera el silencio era el mismo, solo existían sus manos besándose en danza ritual y sus miradas penetrándose tan hondamente que ambas almas se estremecían al son de las manecillas afónicas del tiempo. Se habían desmoronado los ahogos, se había derretido ese frío de la soledad, supieron entonces que se habían encontrado, nacido para limpiarse las tristezas y para dejarse, porque la perfección es efímera y aquel encuentro ya era inmortal.


Yinna Isabel Ortiz Ordoñez

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA 2 PRIMER PUESTO

POR QUINTA VEZ

Me deslicé hacia un costado del banco y le señalé que se sentara. Era la segunda clase pero parecía una dejavú de la semana anterior. Puse sus manos sobre las teclas para que percibiera esa lisa y tibia sensación que transmite un viejo piano de cola. Recorrimos el teclado en su totalidad, sin orden, sin prisa, sin objetivo; como deben ser todos los paseos.

Nuestras manos se posaron sobre el Do central y en ese instante me pidió que tocara. Alguien dijo una vez que las notas son las siete maravillas del mundo de la música. Pues en ese instante las busqué por entre las teclas, me sumergí  en un mar de sonidos y silencios y por segunda vez fui feliz; la miré sutilmente de reojo, como si hubiera visto un fantasma de pasado y al ver sus ojos pardos fijos en sus manos me detuve. Con mi mirada la invité a que continuara mi tonada y con la espontaneidad digna de un infante tocó sin saber qué notas nacían. Siguió tocando por un período incognoscible de tiempo y ahí fui feliz una tercera vez.  Náyade se abandonó en el piano y aunque no era posible parecía que supiera qué estaba haciendo, parecía tocar una de esas composiciones de los grandes de la música a los cuales ninguno de los dos hemos oído, de una manera encantadoramente fea hacía sonar al piano como sólo lo haría ella…como sólo podría tocarme a mí. Se detuvo. Me miro y deslizó su mirada a través de mis ojos. Un me gustas brillaba en ellos. La abracé. Fui feliz por cuarta vez.

Me indicó que se tenía que ir y me hizo una seña que no entendí. Sólo con ella había vuelto a practicar ese lenguaje y las señas como cualquier otra cosa se olvidan con el desuso. Ahí comprendí que nunca volvería a dejar de practicarlo. Me juró que volvería, que quería aprender a tocar el piano. Que era el mejor pianista que existía y que sólo yo debía enseñarle. Partió tras un tímido beso. Me asomé por la ventana y viéndola alejarse me prometí que nunca aprendería a tocar, no debía saber de música. Era verdad, sólo yo debía enseñarle; sólo ella podría aprender de alguien que no sabe absolutamente nada de piano, sólo ella podría en su sordera oír las tonadas de mis sentimientos por ella.
Ha pasado una semana. Es jueves. La ansío. Espero frente el piano sin poder tocarlo: literalmente. Suenan pasos. Por fin ha llegado. Ha llegado la quinta vez para ser feliz.

LEONARDO HELBERT CAMARGO PINTO

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA 
TERCER PUESTO

UNA LUZ ROSA EN EL FIRMAMENTO

Aquí de nuevo yo sentada mirando hacia atrás recordando un pasado que me hizo feliz, muriendo en silencio con todo este amor, atormentando mi alma por cada minuto que he estado sin ti y cada suspiro a tu nombre
Me la paso sentada en un oscuro callejón de mi corazón susurrando en silencio tu nombre recordando aquel tiempo que te tuve cerca de mí, sabes nunca podré olvidar cada instante a tu lado, pues fue único mágico e inolvidable le doy gracias a Dios por ponerte en mi camino aunque muchas veces hago algo que no debo, cuestionarlo porque fue muy corto el tiempo a tu lado y ha sido muy largo sin ti.
Aleja mi ángel  quiero confesarte algo  aquel febrero cuando llegaste a este mundo en medio de mi inocencia y mis dos años de vida sentí celos porque creí que estando  tu no importaría yo pero muy dentro de mi sentí que serias lo mejor que me pasaría en la vida y que cambiarias todo mi mundo, al pasar los días, horas y años mi amor por ti crecía inmensamente pues cada instante era mágico, único, lleno de locura, acción, travesuras, pero sobre todo  de amor rebosante, también quiero contarte que los diciembres y vacaciones no son iguales pues extraño todo de ti, tu voz, tus canciones, tus bailes, tus locuras, pero sobretodo esos abrazos que me hacían perder en el tiempo.
Mi pequeñita  aquel ultimo junio que pasamos juntas fue lo máximo aunque me dolió mucho haber encontrado una Alejandra diferente aferrada más que nunca a la vida,  a las personas que amaba, luchando al diario con un monstruo  que la fue consumiendo mes a mes acabando con sus  ilusiones, metas  y con mil planes que teníamos juntas, sabes mi miedo a quedarme sin ti crecía cada instante pero nuestro laso de hermandad se fortalecía a distancia tanto así que  estando separadas por  muchos kilómetros aprendimos a tener un solo corazón.
Y se llegó el espantoso día te contare todo sobre él, al abrir mis ojos  me levante pensando en ti pues siempre lo hago pero ese día no paraba de hablar de nosotras, nuestros planes juntas, de  cómo serían las próximas vacaciones hasta dije que te mandaría a regalar una medallita para que  la virgen te protegiera y pudiéramos estar más tiempo juntas, mientras yo hablaba como lora mojada todos pensaban como darme la noticia y que no me afectara tanto, después de un rato largo mi mama me  sentó en la sala donde tú y yo nos sentábamos a rezar la novenas y a contarnos secretos,  sus palabras fueron  stefanni tienes que ser fuerte muy fuerte  y unas lágrimas rodaron  por sus mejillas créeme que pensé de todo menos de que a ti te había pasado algo, cuando me dijo con su voz entrecortada y llena de dolor ahora tienes un angelito más en el cielo, mi mundo se empezó a derrumbar fría, lentamente y hasta pensé hasta aquí llegaron mis ganas de vivir.

Después de 4 años sin ti he podido ir superando tu ausencia aunque ha sido muy duro, quiero agradecerte por todos los momentos maravilloso que pase contigo y por este amor que no se ha muerto al contrario crece cada día más,  también te doy muchas gracias por visitarme en mis sueños para continuar con nuestras locuras no sabes lo feliz que me haces cada vez que te siento a mi lado y que te veo en mi otro mundo, el perfecto a tu lado mis sueños, pero las gracias más importantes son porque nos enseñaste  a todas las personas que te conocimos el verdadero significado del amor, que cada día es único y que hay que vivirlo con un sonrisa por delante no importa lo que esté pasando, también quiero pedirte un gran favor nunca dejes de brillar pues todas noches dirijo mi mirada al cielo y hay te encuentro emitiendo tu gran luz desde el firmamento te amo mi ángel rosado.

Stefanni Silva Valencia 

III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA 1 - SEGUNDO PUESTO

MAÑANITAS

Mañanitas es la primera en llegar, pero siempre llega corriendo en puntillas de tal forma que nadie la ve ni la escucha. Los pasillos son sus cómplices diarios y hasta el momento no la han delatado en lo absoluto. Mañanitas sigue siendo Mañanitas, y así la quieren todos. Siempre llega de primera y no se va a dormir sino que hace que ha madrugado a realizar sus actividades cotidianas. Luego, después de almorzar, decide dormir hasta que se despierte, vuelve a salir y regresa en puntillas por los pasillos de la casa.

A Mañanitas la conocí en una fiesta en la que yo ya estaba un poco ebrio, mientras que ella estaba un poco tímida. Me lanzó miradas y sonrisas pero nunca me habló. Entre canciones y cigarrillos yo veía a Mañanitas hacer lo suyo lentamente. Tras muchos tragos y un pase propiciado por esta sigilosa, terminé en la cama con ella. Nunca habló, yo siempre me quejé. Yo siempre disfruté. A Mañanitas no la encontré cuando desperté, puesto que se había ido a su casa a pasar en puntillas por los pasillos y a hacer que madrugaba a realizar sus actividades cotidianas.

En todo lado aparece y arma recuerdos maravillosos, pero siempre se va cuando nadie se da cuenta. A Mañanitas la he disfrutado en varias ocasiones. En otras, simplemente la veo odiosa y un poco rígida. Pero así son sus días. No fuma mucho porque los cigarrillos se le acaban rápido y cuando no tiene no hay quién le venda o le regale. No le gusta andar emperifollada sino desarreglada y fresca. A Mañanitas le encantan los tennis y las botas para no hacer ruido cuando camina en puntillas por los pasillos de la casa.

Hace mucho tiempo no la veo. Me he resistido, he de confesar, a su cuerpo bello y natural. Me he resistido a despertar y no verla a mi lado. Me he resistido a gozármela sin límite. Pero a ella no le importa. Ella sigue bailando y regresando a casa a repetir el ritual de todos los días. Mañanitas tiene monotonía y dinamismo intercalados en su jornada y al parecer así lo disfruta. Tengo que tomarme unas cervezas con Mañanitas en estos días.

Julián Eduardo Pérez Lizcano

III CONCURSO NACIONAL DE HISTORIAS DE AMOR


CATEGORIA 1 - PRIMER PUESTO:

UN AMOR SINGULAR

Sus ojos reflejaban una gran pasión y sus labios pregonaban en mis agitados oídos TE AMO… su dulce voz era una suave caricia que recorría mi cuerpo entero sin cesar, mientras sus varoniles manos reclamaban todo mi ser en una desenfrenada noche de lujuria; pero sobre todo de amor. Ese amor que te hace volar sobre de las nubes sin un freno aparente y te deja ver tu realidad de la forma que más te gusta.

Ese era el amor mas dulce y especial, el amor  que siempre has deseado tener. Aquel que puedes recordar cada noche o cada mañana cuando te sorprendía con un beso  que borraba las dificultades, los problemas y te hacia sentir segura de la vida que llevabas  junto a él.

Hoy, 36 años después, la juventud ya no está y ese dulce amanecer que irrumpe a través de la delgada ventana de cristal adornada de dorados barrotes, sigue intacto como si fuera la misa imagen, día tras día, la misma dulce rutina que se hace más lenta en medio de los años y de la cual no te cansas nunca porque estás de la mano de tu amado.

Aún recuerdo el delicado murmullo de las coloridas aves que se posaban en la rejilla, aquel canto nos acompañaba, mientras sentados en las mecedoras esperábamos que saliera la luna, testiga fiel de un verdadero amor abrazados uno del otro hasta desmayar de encanto.

Ahora todo ha cambiado, ya no se siente el mismo ambiente en la rutina, ya te cansas de notar ese vacío en tu vida, una parte importante había desaparecido dejando un gran dolor en el corazón. Lo único que quedó tras su partida fue esa desgastada mecedora, aquella que presenció muchos de nuestros momentos juntos. Ni un retrato, ni una fotografía, porque como él decía mientras arrugaba su entrecejo: - Es inútil, quiero estar en tu memoria por lo que fui con mis acciones-.

El momento de su partida aún no se borra de mi mente, parecía un día mas de rutina, pero no fue así, jamás lo fue, solo quedó quieto en la cama con sus mejillas pálidas, todo su cuerpo pálido, se había ido, no había nada que yo pudiera hacer ante la terrible escena, así que solo deje que mis ojos se inundaran sin ningún remedio. Aquel hombre con quien compartí toda mi vida, secretos y temores, había desaparecido sin darme cuenta y lo último que vi salir de sus labios fue un dulce y sentido: TE AMO.

Gloria Fabiana Andrade Montenegro

miércoles, 7 de noviembre de 2012

FALLO III CONCURSO NAL DE HISTORIAS DE AMOR, MUNICIPIO DE TIMBIO

FALLO III CONCURSO NACIONAL DE “HISTORIAS DE AMOR” MUNICIPIO DE TIMBIO 2012 Co...  vía 





Comunicado de prensa
Timbío, 5 de noviembre del 2012.



ACTA DE PREMIACIÓN
III CONCURSO NACIONAL DE “HISTORIAS DE AMOR”
MUNICIPIO DE TIMBIO 2012

Con el apoyo

DEL MINISTERIO DE CULTURA NACIONAL
PROGRAMA DE CONCERTACIÓN 2012


 El jurado designado para emitir el fallo del concurso “Historias de amor”, convocado por la Escuela de Formación Literaria de la Casa de la Cultura de Timbío,  luego de leer los 115 trabajos enviados y deliberar acerca de la calidad y los méritos literarios de los mismos, ha decidido por unanimidad declarar como ganadores a los siguientes relatos:


CATEGORIA 1: JUVENIL NACIONAL

Ganador:
Cuento: UN AMOR SINGULAR
Gloria Fabiana Andrade Montenegro
COLEGIO: Institución Educativa Escuela Normal Superior de Popayán
*PREMIO: QUINIENTOS MIL PESOS ($500.000), DIPLOMA Y PUBLICACIÓN.

1º Finalista.
Cuento: Mañanitas.
Nombre: Julián Eduardo Pérez Lizcano
Universidad del Cauca
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN

2º Finalista:
Cuento: UNA LUZ ROSA EN EL FIRMAMENTO
Stefanni Silva Valencia
Ciudad: Santiago de Cali
Estudio en: Instituto de capación nuestra señora de Fátima
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN

CATEGORIA: 2 ADULTOS NACIONAL
Ganador:
 Cuento: POR QUINTA VEZ
LEONARDO HELBERT CAMARGO PINTO
Universidad del Rosario. Estudiante de medicina.
*PREMIO: QUINIENTOS MIL PESOS ($500.000), DIPLOMA Y PUBLICACIÓN.


1º Finalista:
Cuento: NO ERA UNA LÁGRIMA, ERA PERLA
Yinna Isabel Ortiz Ordoñez
Estudiante de Antropología de la Universidad del Cauca
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN

2º Finalista:
Cuento: Makerule y Matacha: Un Amor Escrito con Rabia
Edwin Garzón
Coordinador de Exposiciones Itinerantes – Banco de La República
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN



CATEGORIA 3: TIMBIANO JUVENIL
Ganador:
Cuento: REMINISCENCIA
Juan José Ortiz Martínez
Colegio San Antonio de Padua
*PREMIO: QUINIENTOS MIL PESOS ($500.000), DIPLOMA Y PUBLICACIÓN.

1º Finalista:
Cuento: Mi gran amor
Brayan Ricardo Muñoz Vásquez
Colegio: Institución Educativa Carlos Albán
Ciudad: Timbío-cauca
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN

2º Finalista:
Cuento: Verano del 97
Ingrid Tatiana Rengifo Carlosama
Colegio: San Antonio de Padua
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN
CATEGORIA 4: TIMBIANO ADULTO
Ganador:
Cuento: Necio Mesías
Andrea Tatiana Narváez 
Timbío
Sitio de trabajo: LAMINARVAEZ
*PREMIO: QUINIENTOS MIL PESOS ($500.000), DIPLOMA Y PUBLICACIÓN.

1º Finalista:
Cuento: Exilio
Javier Muñoz Hoyos
Lugar de origen: El guayabal Timbio
Categoría: Timbiano Mayor de 18 años
PREMIO: DIPLOMA Y PUBLICACIÓN

Firman los jurados a los veinticinco (25) días del mes de octubre de 2012.

La ceremonia de premiación se realizará en el mes de noviembre, en las instalaciones Biblioteca del Municipio de Timbío, previo aviso a los ganadores.


GUSTAVO ADOLFO CONSTAÍN
Cali

ANTONIO MARIA ALARCON REYNA
Popayán

MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE
Timbío


SILVIO PACHECO
DIRECTOR
CASA DE LA CULTURA MUNICIPIO DE TIMBIO



MARIBEL PERAFAN
ALCALDESA
MUNICIPIO DE TIMBIO