jueves, 3 de noviembre de 2011

ALCANCE UNA ESTRELLA


ALCANCE UNA ESTRELLA

Esta es la historia de amor entre dos personas adultas en el marco de tres ciudades colombianas de los departamentos del Valle y del Cauca a través de internet.

Un día cualquiera Esperanza desde una cálida ciudad del Valle publica en una página social una imagen de amor que para ella es hermosa y comenta “el amor es maravilloso”, al día siguiente descubre un comentario en su imagen que ella siente como una afrenta: “es más fácil encontrar un amor apasionado que una verdadera amistad”, estaba tan molesta que no solo respondió que estaba en desacuerdo sino que decidió averiguar quien había osado descalificar su mensaje.  Ella desconocía que Simón, quien vivía en una apartada ciudad del departamento del Cauca, era un defensor de la amistad, él considera que el amor es posesivo, es causante de lágrimas y no es sincero, mientras que la amistad es transparente y honesta, al amigo le cuentas todo y le abres tu corazón y esto no pasa con las relaciones amorosas donde se ocultan verdades por conveniencia.

Esperanza movida por la curiosidad empezó a indagar y a seguir las huellas de Simón, ante sus ojos se reveló un ser humano tan sensible, en sus comentarios había una fuente inagotable de fe, confianza, sus palabras poseían ese brillo de una estrella que iluminaba el camino de quienes leían sus mensajes y ella se llenó  de ansiedad por saber un poco más de él, pero ignoraba que Simón prefería pasar de incognito y hacer amigos solo por medio de mensajes.  Esperanza haciendo honor a nombre y continuo sin rendirse hasta que un día lo sorprendio en el chat y fue tanta su insistencia que aunque no muy seguro Simón accede a responderle, intercambiaron ideas, compartieron poesía, música y una inalterable espiritualidad,   aquella noche parecía no tener fin, cada noche sin falta tenían una cita en el chat, sus llamadas eran cada vez más constantes y su amistad fue entrelazando sus corazones.  Él sin proponerselo y sin enterarse se adueñaba del corazón de ella, pues era él su primer pensamiento al levantarse y el último al acostarse y aún en sus sueños estaba presente.

Fueron transcurriendo los meses y un día, aquel 19 como dice una canción, Simón despues de pensarlo mucho le pide que sea su novia, Esperanza desbordada de alegría contesta positivamente, había esperado este momento desde que tropezó con esta estrella como ella lo percibe.   Se dieron cita en una ciudad intermedia de sus lugares de origen.  Esperanza lo preparó todo para aquel día y fue la primera en llegar, temía que él no asistiera a la cita y no estaba muy lejos de la realidad, Simón estaba indeciso pues no era muy seguro tener una cita a ciegas, estuvo a punto de devolverse pero el recuerdo de cada palabra en sus llamadas y en el chat apaciguaba sus dudas, al llegar al lugar convenido la llamó y ella lo buscaba ansiosa entre la gente hasta que al verlo se precipitó a sus brazos, y al besarlo probó el sabor del amor en sus labios, se mantuvo lo suficiente como para que sus besos quedaran impresos en su boca.   Al fin estaban solos, rompieron el muro de sus pudores y al calor de sus interminables besos y sentidos abrazos, fundieron sus cuerpos en uno solo hasta tatuar sus huellas en piel, aunque hubieran querido quedar asi para siempre, el implacable tiempo hizo presencia y llegó el momento de partir a sus ciudades de destino.    Desde ese día sus vidas quedaron cautivas en el recuerdo de todo lo vivido, hoy son grandes amigos, unos locos enamorados que a diario comparten llamadas, mensajes, cruzaron el umbral de un amor que conocían de lejos que habían coqueteado pero ahora lo viven intesamente y comprenden que el valor de una persona no esta en lo que posee sino en lo que es.  Esperanza encontró el tesoro más grande que le había sido tan esquivo, el amor, encontró una estrella que ilumina su vida, que la contagia de ternura, de paz, de paciencia, de locura, de libertad, de gozo y cada mañana y cada noche ambos esperan que un día puedan unir sus vidas para siempre y llegar a su vejes tomados de la mano, amándosen en el perfecto vínculo de la amistad, bendecidos por Dios cuando Simón coloque en el dedo anular de Esperanza una argolla con el sello de sus nombres.

AUTORA:
Elizabeth Tovar


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