jueves, 3 de noviembre de 2011

AL MAR GRITÉ SU NOMBRE


AL MAR GRITÉ SU NOMBRE

No todos los mares son iguales. Sin embargo seguramente tan similares que a todos podemos gritar por desahogarnos el nombre de quien amamos. Así sea que ese amor no sea posible.
Yo esa linda tarde de verano tenía frente a mis narices el vasto océano. Sin embargo no me hallaba solo. Demasiados turistas sembraban de piel y pequeñas prendas las arenas de la playa, bien caminando o tirados asoleándose como lagartos al pie de otro multicolor ejército de toldos y parasoles.
Tantas mujeres bellas y yo solitario. Decidí nadar al horizonte adonde pudiese estar o mejor sentirme conmigo mismo. Había mucho oleaje pero era buen nadador y lo había hecho antes, claro que sin tener esa motivación tan personal de una gran decepción. Después de algunas brazadas, me detuve y tan solo flotaba mecido por el vibrante vaivén del oleaje. A cierta distancia, el horizonte brillaba quebrado por la silueta caprichosa de los edificios y se escuchaba un apagado chapaleo de peces ocultos. Entonces conmovido por tanta paz, por fin lancé al viento ese nombre que llevaba pegado como un veneno a la garganta. Casi lo lloré, asimilando su mismo sabor salobre.
Al regresar estaba más relajado. Así más animado me dirigí al casino del hotel. Aunque perdí algún dinero, gané. Pues, aunque de malas en el juego, la fortuna me dio conocer a una hermosa chica. Me llenó de ilusión que se llamase también Esperanza y que aceptara mi invitación a bailar.


DATOS AUTOR:
NOMBRE  Hernando Striedinger Cepeda

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