jueves, 3 de noviembre de 2011

DESCONOCIDO


DESCONOCIDO

El extraño ser, mitad pulpo, mitad ideas de enlazamiento, básico y elemental, se deforma en un esmerado ovillo de sí mismo, se enreda con sus propios miembros, se reconoce y acaricia, percibe sus formas; ya hay una forma incipiente que se le escapa, ya una que juguetea movida por un sentimiento cosquilloso, es un ensamble de universos seductores de una corporeidad híper-tangible, como si sólo estuviera hecho de membranas. Percibe táctilmente sus movimientos y se sumerge en el ensamble del instante, sin querer distinguir lo que es o la forma que ocupa en el espacio. Es un ser que sabe que está vivo y no sabe más. El tacto de los instantes prolonga una percepción que resulta infinita en algún momento… Una sensación nueva se desprende de la amalgama de sensaciones enredadas; se busca, pretende saber dónde está; hay quietud y el extraño ser se encuentra y se pierde consecutivamente. Encuentra su eco reverberando en los intersticios inmensuales de su cuerpo, miles de partículas como infinitos dedos rodeándolo por todos lados y cada dedo es sí mismo; entonces el ser encuentra que ese instante condensa de alguna manera la única forma de sorprenderse en su propio interior. Entonces percibe su desligue de la soledad… Percibe lo que puede percibir un ser que sólo percibe. Entonces dice: Ah, éramos dos!
FIN

Alberto Castellanos Córdoba

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