jueves, 20 de octubre de 2011

QUIMICA: Enlaces de amor.


¿Cómo puede la química relacionarse con el amor?, o aun mejor ¿En la química se puede amar?; ¡bueno en realidad si! .Esta es la historia de un muchacho que creía que el amor, era un  pasatiempo  vago, además de e inútil; que solamente fue hecha para personas que no tenían futuro y de aspiraciones nada interesantes. El era una persona calmada e inteligente, tenía un buen prestigio frente a sus maestros y amigos. Se las daba de ganador a todo momento, se otorgaba así mismo el titulo de dios sobre la tierra; por ser muy aplicado en sus estudios.
A principios del año escolar, hubo algunos problemas con la típica deficiencia de los colegios públicos en Colombia, que era la falta de maestros en algunas asignaturas específicas, y en esas estaba el área de “química”.  Para él y los otros compañeros, era una dicha esta situación, según ellos  se les había cumplido el milagrito, que tanto habían deseado  y rezado incansablemente a “chuchito lindo” (Jesucristo).                                                                                                                                         Todos con una larga sonrisa, volvieron a sus casas, pero, a la vez ingenuos de que al día siguiente les esperaba una gran sorpresa.
 A la mañana siguiente tan pudiente y puntual, este muchacho orgulloso, estaba en el salón de clases con sus compañeros, como se dice popularmente –mamando gallo- , se veía por todos lados la recocha, la patanería y el ¡bla-bla-bla-bla! , pensando y regocijándose, de que por el día de hoy no habría clases. Al pasar 5 minutos, por la puerta del salón, entro una luz blanca radiante que reflejaba los ojos de este chico, al ver la silueta que dibujaba esta luminosa y espectral luz; aquel muchacho quedo asombrado y pensante, ¿Qué es eso? Tan  cálida brisa y hermosa aurora.
La silueta se iba acercando cada vez más. Al desaparecer completamente  el reflejo de la luz, surgió lo que al parecer era el rector de la institución. Pero él no estaba solo, esa luz tan radiante no provenía de  él, sino de aquel que estaba atrás del rector. Pues era la profesora de “química”, los estudiantes con sus caras largas, parecían decepcionados  excepto uno. Este muchacho orgulloso, quien se creía lo mejor cayó de rodillas ante ella –no literalmente-, asombrado de su belleza, anhelando y admirando su cuerpo, como si fuese la última cerveza en  una final  de la champions league, Barcelona vs real Madrid. Según él, era la mujer más hermosa que hubiera visto  en toda su aventurera y joven vida, la miraba fijamente con una cara de idiota; como cosa rara en las cuestiones  del amor, estará Cupido en las ilusiones de este pobre pero dedicado muchacho.
La profe se entendía muy bien con sus alumnos, sobre todo con “el men”, el apodo de ese muchacho. En las clases de esa profesora era el mejor, dedicado, atento y servicial a todo lo que se explicaba y se necesitaba en las clases de química.
Para él, desde que llego “la profe” descubrió que su pasión era la química, pensaba, comía, respiraba y hasta iba al baño por la química.
 Ya se presentaba el final del año escolar. Entusiasmado por que mañana se graduaba, “el men” preocupado por esta celebración, no podía descansar, relajar  ni siquiera comer, puesto que ya sería el fin de este camino fácil lleno de experiencias y aventuras soberbias. Pero, ese no es el motivo real de su preocupación,  era ya el fin de su desdichado y dedicado amor prohibido que sentía por “la profe”, con un dolor muy fuerte en su corazón, como si se estuviese  derritiendo con acido sulfúrico y de pensar que jamás volverá a verla otra vez. Tomo en riendas sus sentimientos, y decidió confesarle todo a “la profe”. Pero ¿cómo haría eso?, como siempre astuto y fugaz, tenía su plan perfecto; le diría todo, en la fiesta de despedida o graduación.
Llego  la ceremonia al día siguiente, comieron, bebieron, disfrutaron y bailaron toda la noche, como si fuera el último día de sus vidas. Esperando el momento oportuno para que “el men”  hiciera su táctica y lo arriesgara todo; pero ese momento jamás ocurrió. Al terminar la fiesta, todos contentos se despidieron, deseándose lo mejor del mundo y que tuvieran éxitos en sus vidas.
La profe se acerco muy lentamente hacia el muchacho, se miraron fijamente, mientras que se despedían entre un abrazo y un beso en la mejilla. Los dos sintieron algo en ese momento, pero ninguno hizo caso a esa sensación, viendo la oportunidad de decírselo, el muchacho cayo, mientras observaba como se alejaba, la razón de su dedicación e ilusión de su vida. 

 Por: Jhon Harold Bermúdez Vargas                            

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