Noche, noche seductora! De oscuridades poblada, en tu piel marcadas miles de pecas plateadas, que cautivan las miradas…
En medio de tu belleza, encontré en pálida piel el calor, en helido aliento sentí arder mi corazón, es ella, es mi luz, mi ángel de la oscuridad, la dama que se alimenta de mis miedos, la que cada noche hace que entre sus manos sienta caer y naufragar en mil abismos de placer… Al despuntar la aurora, se desvanece su dulce imagen, y tan solo queda por siempre atada a mis pupilas, a este etéreo subconsiente que no distingue si esto es un sueño, o ¡¡una locura!! ..
Hace tiempo, vivía en solitaria compañía de mis manos, a diario mientras caminaba por las calles me besaba el frío viento indiferente, en las noches compartía mi alma con los auyidos desesperados de los solitarios lobos. En un día de aquellos, vi. surcar los cielos una estrella fugaz, cayendo una lagrima de mis ojos suspire , como desearía…mmm…que alguien me ame, recline mi cabeza, y sonreí pensando en lo estupido que sonaba , bueno después de todo lo ultimo que se pierde es la esperanza; me dirigí al espejo a recordarme mi realidad, mi desfigurarte realidad, me cubrí nuevamente con aquella mascara, y apague la vela para dirigirme a mi lecho… Di mil vueltas y concilie el sueño, dibujando entre las líneas de la pared, una dulce imagen femenina, cuanto deseaba sacarle de su coma, mas por mi anhelo, penetro en mi sueño y en medio de nubes oníricas y la música de Morfeo pude vislumbrar su imagen, y escuche una voz tan suave y armoniosa como las arpas celestiales, piel de hielo pálida como las perpetuas nieves, suave como la caricia del pétalo de una flor…
Desperté, al día siguiente feliz, al verme en el espejo en la mañana, miraba solo dentro de mis ojos esa figurilla mágica que vivo en mi sueño…
Mientras trabajaba, mientras comía, mientras caminaba, nada apartaba de mi su ser, recuerdo envuelto en polvo mágico, fantasmal caricia de mi desesperación quizás?... Lo único que quería era volver allí, volver a dormir, y a encontrarme con ella…Caía la noche y mientras contemplaba la luna desde mi balcón a oscuras, la seda de mis cortinas dibujo su imagen, mientras se mecía con el viento, sonreí y me dije que clase de loco soy?, minutos después sentí unas suaves manos sobre mi cuello , una caricia exquisita pero que a la vez infundía miedo, con algo de sigilo me dirigí a mi cama y me cubrí, miraba hacia el techo de madera, de repente sobre mi cuerpo se posa ella, sus dedos rozan mis labios, me silencia con un susurro y besa mi cuello…
Estupefacto parpadeo una y otra vez, no me atrevo a hablar, nuevamente me invade el éxtasis, vivo en el paraíso entre sus dedos, atravieso el cielo perdido entre sus ojos, y surco las eternas noches en medio de serpenteantes y sedosos cabellos, con sus labios ha forjado cadenas, que me atan al inexistente latir de su corazón, y es el frío, la nieve se ha encendido de pasión y estalla en cada expresión de su cuerpo…
Me alimento entonces de la evocación de su imagen, algunos creen que me he convertido en estupido, en un absurdo descocado, otros tantos en un poseído por demonios y algunos pocos en un enajenado de soledad…
Mas cada noche vuelve ella, pronuncia un “te amo” antes de que la alborada devore su cuerpo y le transforme en polvo…Y así vivo, esperando que caiga la penumbra, para caer una y otra vez en aquel fantasmal encanto, y que? Que me importa que su corazón no lata si en su alma vive el sentimiento, Que me importa que todos me diga que esto es solo una mas de mis alucinaciones; si yo se que cada noche revive, renace mi dulce flor envuelta en fríos mantos, custodiada por su sin igual encanto. Volverá hoy, vestida de deseo, y me encontrara dispuesto a arroparme con la profunda y profusa confusión de la oscuridad y devorado por esta intensa ilusión, deseare que todo el mundo viva en tinieblas, seré el egoísta que se robe el sol, y le asesine, solo por tenerle y vivir atado a ella eternamente…
Que mas da si nadie lo entiende, pero a mi me basta con amarla, así sea tan solo una aparición, un soplido que escapo de la muerte, prefiero vivir colgado entre las finas fibras de su alma, bordeando la mismísima muerte que morir sin haber podido el amor conocer.
Cuando muera aspiro poder existir en el mismo plano de mi amada…Quizás un día de estos le pida que me lleve con ella y que las llamas de la luz calcinen mi cuerpo, para que liberen mi alma y así por siempre poder amarla.
POR: MAURICIO ALEJANDRO CRUZ SOLARTE
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