lunes, 24 de octubre de 2011

LA FELICIDAD DEL AMOR



Amor no es una simple palabra lanzada al viento que en cada empoca literaria podríamos encontrar, la iluminación perpetua de una vida , aunque siempre en alguna vez esa luz se tenga que apagar, esa palabra que trata de demostrar un alcance espiritual de cada segmento en que tu vida aparece.
Esto era lo que pensaba Jean Lutthier caminando sobre la acera podrida de los llantos de la desolación, donde la historia de algún amor, de una pareja cogida de la mano, camino un día, cualquiera, el día no es importante para el amor casi igual como que el amor no es importante para la vida, solo se trata de buscar una forma de pertenecer y subsistir en el mundo. O bueno eso volvió a retumbar en la mente de Jean, en aquella acera, luego de haber cruzado miradas con una perversa mirada que pasaba por su frente hacia su espalda, una mirada que te lleva hasta el infierno pero te muestra el paraíso, y sin realizar pecado alguno puedes estar condenado en el infierno, en los pocos segundos que la dama paso por su lado pudo entablar una conversación con sus ojos color verdes llevando a un café miel, y una mirada color alma. 
Medio minuto después Jean retorno su cabeza para voltear a mirar el caminado de la hermosa señorita, saco valor de su hombría y se dirigió con un paso tan firme que parecía que se fuera a caer de lo timido, y a una velocidad de bomba que no quiere caer pero muy deprisa por que no podía frenar, rápidamente pensó una escusa antes de tocar la espalda de ellay hablarle, saca un billete sin pensar en la denominación, nerviosamente la llama con el tacto de la yema del dedo índice - Perdón señorita se le cayó este billete- dijo Jean – amm ¿seguro?- dijo ella, creando una pregunta sarcástica casi refutado la afirmación de Jean,- eh ¿señorita?- rápidamente interrumpe ella- mi nombre es Angélica -,-pues señorita Angélica, yo lo vi volar de usted y caer en el piso- dijo nerviosamente Jean, buscando en lo profundó de su cerebro y de sus escusas, para poder inventar una historia  breve y rápida,-muchas gracias dice Angélica y se va caminando por hacia su destino, dejando intrigado a Jean y con una mirada de perdido, la cual no podía disimular, rápidamente en un descuido de su embobamiento, camino con su cabeza agachado por la misma acera gris y fría hacia la misma aburrida dirección.
De repente en su mente algo cambia, sé agita su corazón da vuelta y sus pies se vuelven más agiles derrotando la fricción del aire, y dejando huellas de fuego en su camino busco la dirección por la que había tomado Angélica, siguió en línea recta, mientras corría recordó la ropa que llevaba puesta Angélica, una blusa verde que entonaban su mirada, un cabello castaño que le recordaba el atardecer, un abrigo negro hasta las rodillas que le recordaba el frio y un jean que finalmente le recordaba su propio nombre. al transcurso de su recuerdo, vio una dama que se asimilaba a ella esperando en el semáforo para cruzar la calle, el se tranquiliza, calma su paso rápido, y se acelera mas su corazón pensando que es Angélica se acerca, justo cuando esta atrás de ella, Angélica voltea la cabeza como si supiese que había alguien atrás de ella, jean no tiene tiempo para pensar al darse cuenta y confirmar de que si era Angélica, rápidamente le explico porque ella estaba otra vez en su presencia,-  señorita es que usted es muy hermosa y la verdad el billete era una escusa para dirigirle la palabra, su mirada dulce, y aun que no la conozco parece sincera- ella con una risa de emoción, con su cara roja de la pena, no puede responder y se le queda viendo, aunque de repente escucha que el motor de los carros freno y que la calle estaba segura para cruzar, le dijo chao espero volverte a ver, dejando en un gran enigma a Jean, ella se da vuelta y cruza la calle como si nada, de repente un auto a gran velocidad viene para chocar con ella, sin ni si- quiera saber que hacia Jean corrió hacia ella gritando su nombre, la empuja y recibe el impacto del auto,  como una dramática telenovela, ella cae al piso y al levantarse una lagrima frota de su ojo, llorando por un desconocido se dirige hacia él, y Jean con su cara sangrándole, con su corazón completamente desacelerado, pero con una cara de felicidad, sabes porque de felicidad, porque sabía que esa mujer llamada Angélica estaba pensando en el, por lo tanto sus sentidos la engañaron y se fue volando hacia otro mundo recordando lo que acababa de decirle Jean.        

Daniel Santiago Baquero Hernández

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