Cada año, para el mes de diciembre, la esperanza de cientos de padres de familias de ver a sus hijos convertidos en bachilleres se cumple, igual que el sueño de sus hijos de culminar sus estudios de secundaria.
Para el Colegio San Antonio de Padua, sus profesores y personal directivo, es un orgullo ver a los graduados con toga, birrete y sonrisas.
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